Una de las cosas que hay que tener en cuenta cuando se visita el Keramikos es su localización. Durante la época clásica (s. V – IV AC) se redefinió la distribución de las ciudades (polis), quedando el cementerio fuera de la muralla.

Es por eso por lo que este es el único sitio donde aún se puede observar el único tramo (aún en pie) de la que fué la muralla de la ciudad, la cual no solo protegía la ciudad, sino además los caminos que llevaban al puerto del Pireo.

Sin embargo, el cementerio no fue lo único que quedó a las afueras. Los talleres de orfebrería, textil y escultura, debido a los fuertes olores que desprendían sus materiales de trabajo, fueron establecidos en la zona. Fueron precisamente los talleres de cerámica los que dieron nombre a este yacimiento arqueológico. Así pues, Cerámica = Keramikos = Κεραμεικος.

Por último, cabe destacar el antiguo Camino Sagrado o Vía Sagrada, una ruta que unía la Acrópolis, el centro de Atenas, la Academia de Platón y la ciudad de Elefsina, testimonio de las procesiones Panathinaikas que servían para rendir culto a los dioses.