La isla de Egina es uno de los puntos clave para entender la historia de Grecia, y especialmente del mar Sarónico, pues de las islas de Grecia, es la que cuenta con más años de presencia humana (desde el 3500C).

Ya en el periodo arcaico (734-459 AC) la isla se convirtió en un punto comercial y naval importante en el mediterráneo, siendo la primera en utilizar los recursos de plata y acuñar su propia moneda (chelona o tortuga).

A lo largo de la historia, la osla ha pasado de manos griegas a otros invasores. Fué vendida a la ciudad de Pérgamo, para después pasar a manos romanas. También sufrió ataques piratas, y ocupaciones de francos, aragoneses, venecianos y otomanos.

Tras la liberación de la isla por parte del imperio otomano, llegó un periodo de esplendor para la isla al ser nombrada como el primer gobierno marítimo del nuevo estado griego por el gobernador Ioannis Kapodistrias.

De este modo se asentaron los cimientos para su organización política, administrativa, cultural y financiera. Esto le ha permitido posicionarse como uno de los mayores productores de pistachos, y centro cultural y gastronómico referente para el país.